30 Jun 2008
Erase una vez unos bancos con dinero procedente de los ahorros de los ciudadanos. Entonces unos listos propusieron hacer casas para muchos y los bancos decidieron que era una buena cosa y les invitaron a llevarse el dinero que tenían para pagar esas casas. Como el dinero se acabó se compró a otros países. Cuando las casas se hicieron los bancos pagaron a los listos que se quedaron con su comisión (aproximadamente un tercio del total) y se largaron. Entonces «los muchos» empezaron a tener dificultades para pagar cada mes la hipoteca. Los bancos les quitaron las casas, con lo que «los muchos» perdieron la casa sin pagar y los ahorros que pudieran tener. Los bancos ahora tenían casas, pero no dinero, con los que todas las actividades del país se resintieron. Además tenían unas hermosas deudas con los bancos extranjeros por el dinero pedido para completar la operación de endeudamiento de quien se sabía no podía pagar. A todo esto, los listos estaban en Kenya cazando cuadrúpedos, «los muchos» caen en la cuenta de que el sueño se convirtió en pesadilla y los bancos reflexionan sobre su ligereza para competir por ver quién iba más rápido al desastre. Pero no se les ocurre que lo mejor sería dejarles las casas a «los muchos» y renegociar plazos y modos de pagar antes que enriquecer más a los listos que están esperando a las puertas de los juzgados para comerse dos veces el mismo pastel. (Firmado en Illinois a la puerta de las Torres Sears en una silla de enea).