Cambios en la universidad


dsc02758
Lo viejo y lo nuevo unidos muestran la necesidad de cambio y prudencia

Esta mañana en Facebook he tenido un interesante primer intercambio de opiniones sobre el futuro de la universidad con un joven profesor. No estoy autorizado a citar sus opiniones pero, obviamente, si las mías. Le decía:

«… lo que supongo que compartimos es que los dos factores que de forma más poderosa provocan cambios sociales, que son el aumento de población y la tecnología, están obligando a replantearse ciertas cosas. Si a la población mundial hay que fijarla al territorio (no confundir con la movilidad laboral regional), se les debe ofrecer entre otras cosas formación de calidad y esta no es posible sin formación a través de Internet. Por otra parte la automatización en la escala y el grado de capacidad que mostraba un vídeo reciente sobre la construcción de edificios y toda la robótica industrial, está acabando con toda esperanza de evitar la desaparición de millones de empleos. Creo que esta es la razón del movimiento emprendedor: como no sabemos ya cómo emplear a la población (creciente si no consideramos las fronteras regionales) y no queremos pagar sin un trabajo previo, debéis imaginar qué servicios podéis (vosotros emprendedores potenciales) ofrecer al resto de los ciudadanos para que os paguen. No es sensato eludir los efectos que todo esto tiene sobre el sistema educativo en general y el universitario en particular. Un debate que debería estar ya en marcha para no vernos sorprendidos por un cambio cualitativo sin capacidad de respuesta. La SU (Singularity University) es una propuesta elitista. La cuestión es cómo la gente normal vamos a dar respuesta a un desafío extraordinario. Y hay que empezar ya»

Entonces me plantea que se deriva un cierto pesimismo de mis palabras y he respondido:

«Bueno, no puedo evitar pertenecer a mi generación en la que el trabajo tenía para casi todos un propósito muy bien relacionado con las necesidades. De este modo se «daba sentido a la vida». Un sentido que no sustituye el vértigo del consumo que es adictivo. Qué decir de nuestras profesiones, tan relacionadas con la necesidad primaria de habitar y hacerlo en condiciones funcionales y estéticas deseadas. Dicho ésto, mi generación no puede, al menos en el plano de las opiniones y toma de posturas políticas, dejar de contribuir a afrontar este enorme reto. Lo que creo es que, al menos todavía, hay tantos problemas básicos que resolver que nuestras sociedades debería evitar enrocarse en una salida de autoconsumo frívolo. Y ese es el riesgo potencial, desde mi punto de vista, si la falta de propósitos más claros provoca que los emprendedores propongan y los ciudadanos consuman y financien productos delirantemente innecesarios a costa, encima, de la desgracia general. Hoy mismo tenemos la noticia de la explotación de niños sirios en Turquía (a la vuelta de la esquina) para producir los modelitos del escaparate de Mango y Zara. Todo esto nos lleva de nuevo a la Universidad. Y en particular a la nuestra por la carencia de formación complementaria en ¿para qué hemos de utilizar la tecnología y para quién hemos de construir o proyectar?»

En efecto, estoy convencido de que es necesario un replanteamiento a fondo del modo en que estamos formando a nuestros jóvenes para ejercer las futuras profesiones porque lo que está cambiando es el tipo de trabajo para el que tendrán que ofrecer sus capacidades. La tecnología es el factor de cambio general y, por tanto, no puede estar ajeno al cambio en la propia formación para asegurar el aprendizaje real. Y en cuanto a los contenidos es necesario aumentar la flexibilidad de la oferta para que la adaptación a las necesidades sociales sea más rápida y universal. Hay que tener en cuenta que solamente los estudiantes con más talento serán captados para producir el soporte lógico de la futura realidad. Añado por mi cuenta que no se puede olvidar que hay que completar la formación científica y tecnológica con formación humanística si no se quiere llegar a una catástrofe de la especie por divergencia grave entre lo que podemos hacer y lo que debemos hacer.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.