Te hago el saludo romano por la resonancia patricia de tu nombre y para que veas, desde el título, que tu abuelo quiere que no te creas que eres preterida por ser la segunda. Pero debes aceptar que nuestro comportamiento contigo sea distinto que tu hermana. Como Olivia va por delante abriendo camino, tu puedes pensar que tu chupete es usado, pero no, es tuyo y comprado nuevo, pero seguro que llevarás ropa de tu hermana y leerás cuentos de Olivia, pero debe verlo desde el punto de vista positivo, tu visión de la vida será humilde, realista, de acuerdo a la idea de que los recursos son limitados. Cuando tu todavía no habías sido concebida ya andaba Olivia danzando entre nosotros, pero una vez que llegas te valoramos por lo que eres y por lo que vales.
Eres una niña distinta, nueva, una carita preciosa que parece llegar de otra corriente genética, de otro flujo de vida o, quizá, venga mezclado con unos u otros juguetones genes viajeros. Tu pelo liso, tu nariz respingona, tu boca perfecta dice de una personalidad que habrá que ir siguiendo en su desarrollo estos años que vienen. Un goce que tu abuelo no quiere perderse. No hace falta que me digas todavía qué vas a estudiar de mayor, pero ve pensándolo para que te pueda dar lecturas que te ayuden. Si vas a ser futbolista, el deporte que más chicas atrae en esta época, mejor porque así te enseñaré algunos regates. Si no, ya veremos, menos el boxeo, lo que tu elijas.
He observado que eres discreta y no hablas demasiado. Eso es bueno pues se aprende mucho escuchando y tu lo haces muy bien o, por lo menos, pones cara de prestar mucha atención a lo que te digo. Te todas formas ya lo veremos en cuanto te bauticen y, no digamos cuando puedas hablar dentro de un par de años o tres. Entre tanto fíjate en todo y quiérenos aunque no sepas muy bien porqué. Besos.