Cuando cumplí 50 años escribí un libro. Fue mi modo de celebrar hacer cumbre vital. También de hacer balance. El tiempo posterior parece un regalo. ¿Quién puede quejarse de no haber tenido tiempo de hacer algo a esa edad? Santo Tomás dejó la Summa Teologica con 50 y Mozart un universo de música con 35. Es una frontera sin crisis y, sin embargo, es un renacer, una nueva oportunidad pero que se afronta con cierta actitud contradictoria. Desde los cincuenta uno se siente vulnerable, sensible, temeroso de una muerte prematura por una imaginaria enfermedad. Al tiempo te sientes fuerte, con experiencia… con pelo. Echas cuentas y piensas «estoy en la mitad de mi vida» (una evidente exageración); «a partir de ahora cometeré menos errores» (un evidente error). Cuando has cumplido 50 años antes que nada hay que elegir bien: los libros que vas a leer, las películas que vas a ver, los viajes que vas a hacer, la música que vas a escuchar, pero, sobretodo, las personas que vas a aceptar. Es recomendable evitar lecturas, películas, música que no te transporte al placer de la cultura por rutina o pereza, pero es imperdonable (no te lo perdonarás) que no elijas relacionarte con los seres humanos que te puedan enriquecer por su bondad, sinceridad o inteligencia. Los 50 pueden ser un momento muy feliz si no has sido atropellado por este tren conducido por un lunático maduro que con el pito de la locomotora nos dice «abstenerse mayores de 50 años». Si es el caso, consume con placer tus últimos momentos de pasión natural y apréstate para amar con la delicadeza que enseñan los años. Cárgate de fuerza para afrontar los golpes duros que inevitablemente te darán o te pasarán cerca. En todo caso, debes saber que todavía se puede disfrutar y ser útil durante muchos años. Que si nuestra época parece rechazar la madurez, los maduros deben rechazar esta absurda estrategia, al menos en su propio universo, adoptando posturas sociales y políticas que den la vuelta a la situación. La madurez es un período lleno de riqueza que no debe ser estropeado por una arruga de más.