El pasado día 12 de febrero se inauguró en el COAMU una exposición sobre el concurso de Proyectos Fin de Carrera de jóvenes arquitectos y arquitectas de la Región de Murcia. Mi recomendación es que se visite personalmente la exposición. Si no se puede, este artículo puede ser un sucedáneo. Los arquitectos que exponen provienen mayoritariamente de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y han sido alumnos míos aunque sea tangencialmente, lo que aumentaba mi interés por su desempeño, aunque ésta será una circunstancia cada vez más improbable. Tras un visita pausada a la exposición, pude comprobar la justicia de los premios y que del primero de ellos hasta la mención estaban firmados por 4 jóvenes arquitectas y un joven arquitecto.

El primer proyecto no sólo es un trámite final para la obtención del título. Es también y sobre todo una promesa. En el mundo hebreo la verdad se asocia al cumplimiento de promesas. Desde este punto de vista, si la verdad es el ajuste entre lo que se dice y la realidad, un proyecto, que es precisamente un decir, es una promesa que hace posible la verdad plena, pues solamente basta con que toda la microsociedad que se activa en la realización de una obra cumpla con los términos del proyecto, para que esa verdad anunciada sea realidad. Quizá eso explique la expresión «una verdad como una casa». La casa de los arquitectos que es su colegio recibe a estos prometedores jóvenes. Prometedores en el doble sentido de donantes de promesas y expectativa de una madurez profesional que se haga cargo del mundo que dejan sus padres y abuelos profesionales.

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Los tres primeros premios y la mención.
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vista general de la exposición.

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El Primer Premio ha sido para Sandra García Sánchez de la UPCT con «Mediterráneamente, habitar en la sombra intermedia«. 

Sandra propone una «celosía horizontal» para dar respuesta a su propósito de hacer posible el baño en el vacío dejado por un antiguo balneario en El Espalmador de Cartagena. Lugar listo para el placer ancestral de la convivencia del sol y sus reflejos, que se perdió hace años. Lamenta la autora la «identidad perdida» de este antiguo espacio natural. Habla de un pasado conocido y de un futuro deseado. Pero el núcleo de su proyecto es dominar la «sombra intermedia«, la que sólo puede identificar el ojo por contraste con otras sombras más o menos intensas. Sandra ha decidido que quiere ser un demiurgo de la sombra controlando todos sus matices. Para eso realiza una síntesis de todos los recursos que el Mediterráneo ha creado a fuego solar lento para hacer posible la vida. Como es consciente del flujo imparable de cambios en la fuente de la luz y también de la sombra, por la sabia interposición de un obstáculo, decide que la evolución del sol en convergencia con su propósito diseñe esa celosía horizontal que tiene la virtud de gobernar los tránsitos. Es muy sugerente su mención a la función poética de la cortina para «materializar el viento«, como haría el humo, otro compañero evanescente. Necesariamente se mencionan prosaicas voces como «IPE», «viga», «forjado», estridencia que nos reconcilian con la realidad.  Estridencias salvadas por la poesía de José Hierro que habla de «whisky, ginebra y Nylon» o de «cárcel y embalaje», también habla de sombras, como lo hace Tanizaki para reivindicar el sufrimiento con la piel tamizada que, precisamente, buscará el visitante de El Espalmador, si se recupera el lugar. PD.- Preciosa maqueta conceptual que sugiere un juego laberíntico juego oriental como los palillos entrelazados del Mikado.

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La poderosa «celosía horizontal» generadora de ambientes de Sandra García Sánchez. 2018
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Evocación de las cortinas que dan cuerpo al viento.

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El Segundo Premio ha sido para Nieves Clemente García de Alcaraz de la Universidad CEU San Pablo con el proyecto «Festival Cinético«. 

Nieves aborda un espacio flexible digno heredero de la espectacularidad del movimiento británico de ruptura Archigram, con la referencia, quizá, a la «Casa de la diversión» de Cedric Price. Una pista ensimismada inspira a Nieves para un proyecto abierto en todas las dimensiones espaciales. Una idea que ha recibido reconocimiento allí donde ha sido presentada a evaluación. La arquitecta aborda la pregunta por el destino de una preexistencia armada de la tecnología y, su cómplice necesario, el talento. No hace ni una concesión a una superficie o volumen convencional. Se esfuerza en responder al propósito funcional con la misma sutilidad arbórea del Itoismo en la Mediateca de Sendai. Tensor a tensor, montante a montante el puzzle se completa para ser foco de la velocidad, de la cinética de alma que desea ser seducida. La pista original sirve de molde y, cumplida su misión se desvanece en una nueva plaza Navona, nombre del circus agonalis (Círculo de la lucha), El espacio de encuentro actual en que derivó el Estadio Domiciano para celebrar la velocidad. En definitiva para el festival cinético que nos propone Nieves.

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Perspectiva que evoca la condición de estadio de la romana plaza Novona. 2018
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Alzado con las columnas dendríticas. 2018

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El Tercer Premio ex-equo ha sido para Miriam Lorente García de la Universidad Politécnica Cartagena con el proyecto «El comienzo del viaje«. 

No sé si este Proyecto Fin de Carrera tiene origen o no en una estancia Erasmus de Miriam, pero es encomiable el coraje de afrontar una solución concreta en el marco de una ciudad alemana con la amplitud de enfoque con que lo hace. Es una muestra de la enorme transformación que ha experimentado la juventud actual en su amplitud de mirada. La proyectista hace un análisis sociológico y geográfico de la bella ciudad de Vegesack en Bremen para abordar su realidad actual venciendo las diferencias entre su propia tierra y la de destino de su obra. La ciudad, nos dice, está en una encrucijada: envejecida por una parte y en rápida transformación por la llegada de emigrantes. Una situación complicada que requiere prudencia en las propuesta. Así procede Miriam ofreciendo un espacio docente y cívico intergeneracional con la complejidad añadida de las diferencias culturales de los potenciales usuarios. Se sumerge en un bosque que respeta íntegramente y utiliza el «claro de bosque», una metáfora muy querida por el filósofo Martin Heidegger para tener una imagen de la manifestación del Ser en el universo. Miriam usa el magnífico bosque, mezcla con él su edificio y deja que sus usuarios transiten del  ejemplo de la roussoniana armonía de la naturaleza a la necesaria armonía cívica del contrato social.

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20180220_114432El Tercer Premio ex-equo ha sido para Tomás Larios Roca de la Universidad Politécnica Cartagena con el proyecto «A la sombra de Roberto«. 

Tomás afronta en este proyecto un reto que lo sitúa frente a una instalación industrial caduca para que use la varita mágica que la arquitectura posee para transformar espacios tan comprometidos con un uso concreto que parecen ser irrecuperables. Pero la ETSAE, ya desde el principio, enseñó a sus alumnos a ver en la ruina una oportunidad, abortando el infantil deseo de la destrucción para ir a un nuevo comienzo, donde la idea original se materialice. Ese matar al padre arquitectónico al que hay que renunciar cuando el respeto por lo heredado exige trascender la función original . Pero, además, lo hace ante una preexistencia industrial resultado de la acumulación diacrónica de naves y artefactos mineros de medio siglo atrás. Echamos de menos en el panel una foto del estado actual de las instalaciones que dé la medida de la transformación que supone la propuesta. Este proyecto es también un interesante prueba del modo en que la arquitectura se acerca a espacios generados por ingenieros que buscan sólo la utilidad sin concesión alguna a la concupiscencia del ojo. Delito formal que se agrava por su contribución a la saturación de 70 hectáreas de la bahía de Portman. Tras pasar por la cabeza y las manos de Tomás, el Lavadero Roberto, una instalación abrumadoramente obsoleta, renace para que no se olvide su protagonismo infame, pero también para que la historia de sufrimiento, cante y explotación no resultara en vano. Es debido mencionar la maqueta de este proyecto que demuestra una paciencia oriental en el joven arquitecto.

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Proceso de colmatación de la Bahía con la actividad del lavadero
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Maqueta del Lavadero Roberto

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La Mención ha sido para María Pérez Vera de la Universidad Politécnica de Cartagena con el proyecto «Naturalización de los espacios en el tratamiento de personas enfermas de cáncer»

Ya de entrada es signo de fortaleza psicológica, en una joven, abordar un proyecto como éste. Vivimos tiempos en los que la muerte se oculta tras gruesos muros de liviandad y superficialidad. El Gran Acontecimiento no está a la vista. Sin embargo María se ha decidido en un momento de su carrera en el que podía elegir cualquier otro tema. Se trata de un Centro de Atención Oncológica en Santa Lucía en el que los pacientes podrán modificar las condiciones ambientales. También se ha pensado en el contacto con los seres queridos de la forma más directa. Se trata de que el enfermo encuentre la esperanza teniendo siempre a mano una salida a la naturaleza en vez de consumirse entre luces mortecinas. María plantea la gradual transición hacia la salud o, al menos, el alivio, en seis etapas de aproximación al total contacto con la naturaleza, desde la primera fase en las que el enfermo aún precisa de asistencia sanitaria. Consciente de que la arquitectura no cura, sí afirma que puede contribuir a que el estado psicológico del paciente sea el más adecuado para afrontar la lucha por la vida.

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En tránsito hacia la naturaleza
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Las cuatro primeras fases de camino a la salud que propone María.

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Además de los proyectos premiados, otros alumnos de la ETSAE exponen sus PFC, con interesantes propuestas. He hecho una selección gráfica de ellos.

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Ana Patricia Maté Sánchez del Val con HB-CH2. Terminal de cruceros. Un edificio de gran tamaño enmarcado en las teorías de Reem Koolhaas sobre grandes formatos, que contiene comercios, hotel e, incluso, viviendas para conectar con el barrio de Santa Lucía.

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Beatriz Gomariz Jiménez con Re_Habitar los Bosques. Espacio de activación agroambiental, casa de Malvariche. Sierra Espuña. Un proyecto que empieza con una cita de Walden, no puede estar mal. Su aspiración es paliar la España Vacía.

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Ana Zapata de Ramón un proyecto estratégico para la revitalización del entorno del Monte Sacro de Cartagena. Incluye un centro de artesanía. Gran complejidad constructiva.

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Mari Carmen Luna Campuzano con el proyecto «Factorías urbanas»: residencia de estudiantes, investigadores y artesanos en Cartagena en el casco histórico de Cartagena. Se centra en la idea de la ciudad como un documento que narra su propia historia.

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Francisco Inglés Inglés con el proyecto R1 Catalizador de Usos Universitarios. Una mirada ambiciosa global a dos de los campus de la Universidad Politécnica de Cartagena y sus servicios.

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José Inglés Inglés con el proyecto de Nueva Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Edificación (ETSAE) el joven arquitecto expresa el sueño de todos los alumnos de la escuela: aplicar sus conocimientos a la mejora de unos espacios nobles que han servido esforzadamente para la docencia estos años. Unos espacios en los que se ha enseñado a realizar lo que ahora vemos en los paneles de esta exposición. Unos espacios que serán un componente de su nostalgia vital cuando llegue el momento.

Escuela

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El patio del campus de Alfonso XIII y la fachada norte de la Escuela soñada por José.
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Una vista interior de un ágora interior. Espléndido espacio de convivencia.

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José Miguel Fructuoso Asensio con Centro Cultural y Alojamiento para peregrinos en el Parque Nacional de Belvís. Un salto geográfico lleva a José Miguel a Santiago de Compostela para proyectar el cobijo del peregrino. Aborda el proyecto desde un diagnóstico de nuestra sociedad y la inevitable comparación con otras épocas.

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Utopía de Saint Gall

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Alberto Moreno Herrera con un Intercambiador en el Hondón (Cartagena). El joven arquitecto propone una solución compleja para las complejas comunicaciones de un «fondo de saco» geográfico. Lo aborda con entereza, hasta el punto que se atreve con el deleuziano concepto de lo «rizomático».

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Justo Martos Barrio con un Centro de Artes Audiovisuales y de Convivencia en Santiago de Compostela. El propósito es el impulso y regeneración de la cultura audiovisual complementado con el propósito de servir de acogida a los peregrinos del Camino de Santiago.

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20180220_114432Ivaylo Denchev Torlakoiv con Complejo de Restauración del Atún Rojo en Cabo de Palos, un proyecto en el que se estudia en detalle cómo conseguir flexibilidad y rigidez al tiempo para dar cumplimiento a un programa con evocación a la restauración japonesa. No se pierde la relación con el Mediterráneo en un sugestivo juego de luces y sombras dignos de las dos tradiciones.

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Pilar Palomera Bosque con Complejo de Agro-Cultura para refugiados en Hamburgo. Bendita formación que hace una joven ponga el foco de su interés sobre el doble drama del refugiado que llama a la puerta y el del europeo que no sabe abrirla.

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