Son las 21:40


Son las 21:40 del día 3 de junio de 2004. Voy en el Altaria 226 de Madrid a Cartagena.  El año pasado a esta misma hora pasé por aquí un día antes. Los que pasaron 24 horas más tarde vivieron o murieron un infierno que no se puede anticipar ni un segundo antes de que aparezca. Me he fijado en los movimientos de mis compañeros de viaje mientras el tren pasaba pitando (quiero pensar que a modo de homenaje) junto a una cruz pequeñita que alguien ha puesto esta misma mañana. Movimientos normales hacia la cafetería, el servicio o en el propio asiento. Caras con la serenidad que permite el viaje en tren. Lectura reposada, luz crepuscular hacia Albacete y ninguna señal. ¡Qué banal es el umbral de la muerte!. Con emoción, un recuerdo comunicable a Juan Guillamón y un recuerdo incomunicable a Víctor Villegas y a todos los que ellos representan.

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