13 Jul 2012
Poco después del 11-M, aquella tragedia infinita, la madre de un niño que murió en los atentados fue al Congreso de los Diputados y tuvo que aguantar la chanza obscena de algunos diputados hasta que se le agotó la paciencia y le soltó en la cara un «de qué se ríen ustedes?. Eso mismo hay que decir ahora. ¿Qué aplauden ustedes? Qué grado de estupidez llegan a alcanzar algunos paniaguados de corbata de seda. ¿Cómo es posible que, mientras el Presidente del Gobierno de ahora y de antes anuncia con qué frialdad el conjunto de protegidos al calor de las instituciones van a destrozar la vida de millones de personas, esos abogados, profesores, economistas o simplemente fieles arrimados elegidos en listas cerradas, aplaudan con entusiasmo? ¿De qué extraña pasta están hechos? ¿Se dan realmente cuenta del daño que la inocencia peligrosa del anterior gobierno socialistas y la frialdad perturbadora del actual gobierno popular, que llegó a autodenominarse «partido de los trabajadores», han producido en esta sufrida población española? ¿Creen de verdad que no nos damos cuenta de su complicidad, estúpida en los socialistas y connivente en los populares con las clases poderosas? ¿Creen que no van a pagarlo? Esperen a las próximas elecciones y prepárense para el disgusto que merecen. Vanos, zafios, golfos, esquilmadores de la preciosa gema de la democracia; sucias manos unidas para producir el graznido del buitre. Son ustedes la caricatura de una caricatura de El Roto. Pericles les maldiga.