31 Ago 2012
Hernández saltó de la cama y se pegó con la puerta del armario. No podía ser, en plena crisis y lo habían hecho accionista de un banco. Aunque lo había oído entre sueños recordaba que era algo así como el Bad Bank (Banco Acumulador de Despropósito, pensó). Según la noticia todos los españoles sin discriminación de raza, sexo, religión o equipo de fútbol íbamos a ser socios de ese banco que, además, iba a acabar con todos los problemas de los demás bancos. La verdad es que no sabía muy bien cómo, pero estaba alegre, sonaba muy bien. El banco se iba a quedar con todas las viviendas devueltas. ¡Menudo negocio para el futuro! pero, además, ¡iba a quedarse con todos los activos exitosos! Desde luego, por fin el gobierno acertaba. Se acostó otra vez y como le dolía el golpe con la puerta se quedó atontado.