04 May 2012
El supremo descaro
Escrito por: a-garrido el 04 May 2012 – URL Permanente
Acabamos de saber que un juez ha sido restituido en su «honor» y sueldo tras declararse ilegal la sanción impuesta por asesorar a un narcotraficante. Ya tenemos otro dato más para completar el cuadro del supremo descaro. Al seguro que cubre las fianzas en caso de que un juez delinca, podemos sumar el de que un juez debe ser investigado en un tiempo máximo de seis meses. ¡Qué barbaridad, seis meses» ¿Qué tal si el plazo se reduce a seis días?. De paso se ha aprovechado para declarar ilegales cualquier escucha a un juez, sean cuales sean las garantías judiciales establecidas. En los modernos delitos suaves, no hay «manos en la masa» ni «pistola humeante». Si se eliminan las escuchas sólo queda anular los testimonios de los testigos y tendremos el crimen perfecto. Porque ¿qué es un testigo, si no uno que escucha o mira sin orden judicial?, de modo que ¡adelante!. Con todo ello tendremos una idea cabal de qué va esto. Va de impunidad. Son muy escasos los jueces que delinquen, pero esos pocos son de los suyos (de los nuestros no), son sus delincuentes y no se tocan.
04 May 2012
Tango
Escrito por: a-garrido el 04 May 2012 – URL Permanente
Hace unos días se dieron dos actos esperpénticos: En un parlamento del sur de América la votación para expropiar a una empresa española produjo un golpe de entusiasmo (en teos= estar en Dios) entre los diputados. Al mismo tiempo, en la calle Trapería de Murcia, una señora argentina le pide a un músico callejero un tango por nostalgia y la gente que pasaba empezó a silbar (seguramente eran accionistas de YPF, ¡qué infelices!). Sí raro es entusiasmarse rompiendo lazos económicos con un país amigo, qué decir de ofenderse escuchando un tango. «Por una cabeza, todas las locuras, tu boca que besa, borra la tristeza, calma la amargura» cantó Gardel y bailó Al Pacino. No tenemos remedio (los seres humanos).
06 May 2012
Políticos, periodistas, tertulias y verdades
Escrito por: a-garrido el 06 May 2012 – URL Permanente
Hernández mira el periódico. Una foto le llama la atención: Griñán y Montoro se abrazan, se miran a los ojos con cariño. Pero, Griñán está dispuesto a la rebeldía frente al Estado y Montoro a intervenir Andalucía si dan un mal paso. Los políticos, piensa, viven en una ficción controlada o esos creen ellos. Maldicen en el hemiciclo y toman café a pocos metros. Pero, si hay un escenario en el que esta ficción se hace insoportablemente tediosa es en las tertulias, ya sean de radio o televisión. En estas circunstancias ya no parecen humanos, parecen mecanismos que reaccionan a todos los estímulos para los que estén programados. Hablan mecánicamente, repiten fórmulas, reaccionan aburridos y falsamente indignados a las supuestas falsedades del contrario. A los quince minutos, Hernández acaba apagando el aparato o apretando el botón del mando aburrido de tanta previsión y sometimiento a discursos congelados procedentes de la factoría del partido. ¿Qué pensaré hoy? se pregunta un político afeitándose para ir a una tertulia o un mitin, mientras está atento al móvil (encima de una toalla) que le hará llegar el argumentario del día. Por eso, Hernández cree que las tertulias son mejores con periodistas. Lo piensa con prudencia, como mal menor, pues también ha probado el sectarismo más sorprendente: el del que se supone que es independiente. La verdad es esquiva pero muy resistente, sobrevive en los peores climas y soporta los más torcidos argumentos. Brilla al fondo y nos guiña el ojo entre falacias y caras fingidamente solemnes indignadas a ratos.