12 Feb 2012
¿Hay un Plan para desmantelar el Estado del Bienestar? ¿Es necesario un Plan o basta con seguir la estela de codicia? ¿Es una actitud paranoica? Veamos lo que tenemos: 1) el modelo de crecimiento no es sostenible. El planeta, en el estado actual de la tecnología, no parece soportar un sistema económico que consiste en trabajar, en hacer cosas superfluas para ganar dinero para comprar esas mismas cosas superfluas que dejan un rastro de residuos insoportable. Un tráfico que proporciona beneficios que, acumulados en pocas o muchas manos, genera un actitud temerosa con el progreso que lleva a los grandes capitales a aplicarse a los activos más insensatos, como ha puesto de manifiesto la estafa global iniciada con las surprimes. 2) los dirigentes políticos no saben qué alternativa ofrecer para que la gente esté ocupada produciendo cosas necesarias y mantengan vidas razonablemente buenas 3) los tenedores o gestores de grandes capitales (incluidos los que imponen a los demás códigos morales) no tienen otro objetivo que mantener o aumentar el valor de sus capitales cobrando altos dividendos o sueldos disparatados. Las vidas de la gente parecen importarle poco, con lo que el dinero en vez de cumplir su papel de medio para un fin humano y se convierte en el fin mismo. 4) En estas, alguien ha visto la oportunidad para una depuración de zarandajas y volver a un sistema pre-keynesiano pero, ahora, adornado por luces de colores que, como a los indígenas americanos, sustituyen al oro de la vida. Luces que se llevan en el bolsillo y permite transmitir aquí y ahora la propia ingenuidad a otro incauto. En España la situación es especialmente curiosa, pues la torpeza socialista permite piruetas dialécticas de los promotores del desguace, que se presentan como «partido de los trabajadores» y así deshuesar el sistema por «culpa de la herencia de los socialdemócratas». ¡Qué gracia siniestra!