¡Ahora caigo! y el planeta de los simios


30 Ene 2012

Estaba dándole vueltas al dato de que las economía financiera mueve setenta veces más dinero que la economía productiva, es decir, 5000 contra 70 billones de dólares, cuando he caido en la cuenta. Toda la operación de «deconstrucción» del estado del bienestar; proletarización de las clases medias y empobrecimiento de las clases bajas (no me refiero a los que miden menos de 1,60 m.) tiene un objetivo claro: acompasar el valor que tienen el monto total de bienes al precio que la especulación dice que tienen. O sea, si las próximas tres generaciones trabajan por la comida, se producirán bienes cuyo valor .podrá sustituir a los inflados precios alcanzados por los títulos que los representan en las sucesivas oleadas de elevación de precios a medida que los sucesivos compradores iban aceptando un precio mayor en la esperanza de que podrían venderlo a un precio aún mayor. Es como el reverso del cuento «el diablo en la botella» de Stevenson. En este relato se cuenta la historia de una botella que contiene un diablo que resuelve cualquier problema pero que te lleva al infierno si te mueres siendo su propietario. El truco era, pues, usarlo para hacerse rico o curarse una enfermedad mortal e inmediatamente venderla. El problema era que había que venderla por la mitad del precio al que se había comprado la botella diabólica. De este modo el diablo se aseguraba un cliente, aquel que hubiera comprado la botella al precio de la moneda fraccionaria más pequeña. Lo que está ocurriendo ahora en la economía mundial es que el último tenedor de la botella, es decir los bancos propietarios de los títulos con un valor que no puede ser superado no quieren que se produzca el desplome o ajuste que los llevaría al infierno y han pactado una salida. Como yo tengo un papel que dice que un mojón vale un billón, en vez de aceptar que me han tomado el pelo, os pongo a trabajar a todos hasta que sustituyamos la basura que compré por bienes que realmente o aproximadamente valgan el billón que he pagado. He aquí la crisis social. He aquí nuestra desgracia y la de nuestros hijos. Esto es lo que los mendaces políticos están haciendo en connivencia con sus patrocinadores. Esclavizar a varias generaciones hasta ajustar el disparate y estar en condiciones de empezar de nuevo. Espectáculo dantesco que ellos verán experimentando el placer de lo sublime protegido por sus gorilas. Gorilas que si aumentan en número acabarán quedándose con con todo y explicando la situación que describe el Planeta de los Simios. Amén

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