17 Oct 2011
El episodio de las Blackberry pone de manifiesto un riesgo: que lo que ha sucedido, al parecer por un accidente, puede ocurrir premeditadamente. Me puedo imaginar una situación de revuelta mundial hecha posible por las redes sociales que es saboteada por una apagón comunicativo global. De modo que sería necesario que los vigilantes de los interruptores fueran conocidos. Los de Facebook, los Twenty, los de Blackberry para que sepamos quien los ha accionado si llegara el caso. No es una teoría de la conspiración, sino la expresión de una inquietud, vista la facilidad de colapso. Sumen a esto la creación de las «nubes» de información, tan atractivas, por un lado, tan peligrosas por otro.