Elogio del calor


16 Ago 2011

Lo habitual es quejarse del calor. Forma parte de la primera parte de cualquier conversación en Murcia durante el verano. El calor como tortura en forma de una fina capa de sudor (limpio) sobre la piel, lo que estropea el peinado, mancha la ropa, moja las manos, suda el bigote, los ojos se deslumbran, la piel se reseca, se quema poniendo las bases de un carcinoma. El calor no deja pensar, no deja actuar, exige hidratación y descanso, provoca depresión. Las arterias se dilatan, la tensión baja peligrosamente, la cansera se apodera de uno, las partículas de aire se cargan de energía y golpean sin misericordia nuestra piel, el aire se hace irrespirable, los mosquitos atacan por las ventanas abiertas. El humor cambia, las discusiones aumentan, la personalidad se altera, la ropa estorba, el gasto aumenta, el tiempo se detiene, el espacio se deforma, se come lo innecesario… ¿sigo?

 

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