Ociosos


15 Ago 2011

¿Qué extraño encantamiento produce el efecto de que la mayoría de la gente considere un ocioso a quien no tiene trabajo y, por el contrario, un industrioso al que vive de su capital, aunque sea heredado? ¿Por qué extraño proceso mental, muchos rechazan al pobre y, al mismo tiempo, consumen con deleite las noticias sobre ricos? El rico es la imagen de lo que aspira a ser y el pobre la de lo que odia. El ocio del rico no se prohíbe para que esa licencia nos espere cuando nos toque llegar a su disfrute. Y el caso es que algo nos dice que no hay sitio para todos en el cielo de los ricos (cuya puerta no es el ojo de una aguja). Se soporta mejor la espera de lo que es improbable que llegue teniendo presente la imagen del disfrute. Es un estímulo para perseguir y esforzarse. Una carrera inútil hacia ninguna parte. Sería mejor aceptar una solución de dignidad pactada cuyo soporte material tendría que estar basado en la eliminación de los abusos de los tenedores de capital. ¿Se les podría pedir (obligar) a que en este momento prestaran el dinero al 3 % como máximo? Quizá no podrían soportar la situación y se suicidarían ingiriendo un mazo de billetes de 500 euros con la ayuda de un whisky Highlands de 25 años.

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