14 Jun 2011
Paul Krugman lleva un tiempo reclamando una estrategia de salida de la crisis que ataque al paro. Opone esta estrategia a la que trata de controlar la inflación subiendo intereses. Intrigado he puesto en orden mis ideas y he llegado yo solo a las siguientes triviales conclusiones: cuando te ocupas del paro cuidas a la gente, aumentas su autoestima y, al volver al mundo de trabajo, consume y cotiza; si te ocupas de la inflación cuidas al tenedor de capital porque aumenta el diferencial entre los intereses que cobra por prestarlo y el factor de deterioro que es la inflación. De modo que tenemos claro de parte de quien está el Banco Central Europeo y los políticos. Me intriga por qué los prestamistas aumentan los intereses de los prestatarios provocando su ruina y, por tanto, compromete la devolución del principal. El caso de Grecia es palmario: se presta a unos tipos de interés que la hundirán para décadas. Se hunden países con la gente dentro. Eso sí que es un naufragio. Y en los que todavía aguantan como España, se destina a los parados a la indignidad, pues la dignidad no renta. Es como si una máquina más poderosa que el poder hubiera tomado vida propia impulsada por sus servidores los rentistas, que creen dominar al monstruo y disfrutan lamiéndola con gula, inconscientes de la olas que se levantan paulatinamente. Ellos verán, todos perderemos. Corolario: en Grecia nació lo mejor de occidente. Así se lo pagamos.