26 May 2011
En El País de los Negocios del día 15 de mayo , el señor Ángel Ubide escribe un artículo del que se derivan conclusiones distintas a las que él llega y se acercan más a las que por su cuenta saca su vecino de páginas Paul Krugman. Pero dice algo especialmente incomprensible y lacerante. A saber: «Por ello (el carácter indefectible de las reformas de pensiones), es difícil de entender la participación de los jóvenes en las manifestaciones en contra de la reforma de pensiones. Estos jóvenes se están manifestando en contra de reformas que mejorarán su propio futuro y alguien se está aprovechando de su ignorancia». Serán sus abuelos los manipuladores. Esto es el colmo. No nos faltaba nada más que los jóvenes vieran en sus mayores a rivales. Lo que mejoraría su futuro sería el procesamiento de gente como Paulson y alguno más cercano a nosotros que estaban hace poco incitando a los jóvenes a endeudarse de por vida en cantidades totalmente imprudentes, para ahora cerrarles el horizonte ahogando el crédito. Y ello mientras los supuestos expertos se tragaban cualquier producto derivado con papel cuché si venía en inglés. Lo que mejoraría su futuro sería que se intentara salir de la crisis pensando en el empleo y no en la inflación para que los mercados estén felices entre eructos de marisco. Estos jóvenes sencillamente saben que serán mayores. El señor Ubide quizá también lo sepa, por eso no debería confundirnos. Desgraciadamente hoy en día la ciencia económica no está al servicio de la sociedad. No sé si lo estuvo alguna vez, pero tienen que ganarse el crédito de nuevo y este no es el mejor modo.