18 Mar 2009
Hemos creado un sistema productivo en el que, con el único criterio de la riqueza individual y con la ayuda de la seducción publicitaria, no hay control sobre la sensatez de los producido. Hay un poker de ases de la producción que debían reclamar el 80 % de los afanes sociales: la salud, el alimento, el vestido, el cobijo y el conocimiento. Todo lo demás (de las joyas a las armas) debe quedar para lo que sobre y no al revés como ha ocurrido hasta ahora. La próxima crisis no debería pillarnos teniendo que paliar el paro apuntalando productos que nos sean del poker de ases. Hay que reconducir la producción a bienes intangibles como la salud o el conocimiento y muy, muy, muy tangibles como las infraestructuras para el cobijo y el transporte público. Si no cambiamos, el oro de nuestros escasos recursos naturales se convertirá, para desgracia de nuestros hijos, en el cobre de nuestros fútiles aparatos para la distracción. Con las cosas importantes que hay que hacer, ¿por qué hay que distraerse todo el rato?