04 Ago 2007
Un incendio pavoroso en el Poble Sec ha matado a tres personas y los vecinos con más suerte se vieron obligados a bajar precipitadamente a la calle. Un típica pregunta de ingenio anglosajón inquiere sobre qué cogerías si teniendo que huir de un incendio sólo puedes llevarte una cosa. La respuesta correcta es el album de fotos. Naturalmente el diseñador de la pregunta quiere llamar la atención sobre aquellas cosas cuya pérdida es irreversible. La televisión entrevistó a los vecinos que deambulaban desconcertados por la calle. Supongo que ya había respondido a la pregunta clave de estos tiempos de reality-show: ¿qué se siente?. Pero cuando presté atención era un chico de unos diecisiete, o así, el que estaba respondiendo a la pregunta anglosajona y decía «…lo (in)prescindible, las llaves y el teléfono móvil…». ¡He aquí la clave de la vida moderna!. Ya no es el álbum, ahora es el móvil, porque las llaves responden a un reflejo más antiguo y poco consistente, pues tras un incendio las puertas se abren (se caen) solas. Pero el móvil no tiene desperdicio. En efecto, con él podemos filmar la escena y luego venderla, con él podemos llamar y decir: ¡qué fuerte tío…!. Afortunadamente, el chico tuvo un lapsus y, en realidad dijo «lo prescindible», o no lo tuvo y es un chico inteligente, porque en un incendio, no hay que bajarse el álbum de fotos (seguramente, las fotos estarán enviadas por correo electrónico a algún amigo), ni las llaves:¡lo que hay que bajarse es el cuerpo!.